Un
día, Yanet Labrador Palacios le contará a su pequeña, recién nacida, cómo logró
sobreponerse a las dificultades presentadas durante el embarazo. Entonces,
cuando su edad se lo permita, Ailenys Saday comprenderá la grandeza de hombres
y mujeres que enaltecen al sistema de salud pública cubano.
Con
11 semanas de embarazo, le detectaron una enfermedad cardiovascular congénita,
conocida como coartación de la aorta. “Nunca presenté síntoma alguno. En los
chequeos de rutina percibieron que algo no andaba bien y me hicieron un estudio
para confirmar el diagnóstico”, asegura la joven, que tenía en ese momento 21
años.
Según
el doctor Pedro Antonio Román, jefe del Servicio Nacional de Cardiopatía y
Embarazo, -que radica en el Hospital Ginecobstétrico Ramón González Coro, donde
le brindan el seguimiento médico requerido- la enfermedad consiste en “un
estrechamiento congénito de la aorta en su parte descendente a nivel del tórax,
que hace que la sangre no pueda irrigar correctamente la parte inferior del
cuerpo y a largo plazo produce alteraciones en el corazón.”
Con
ese diagnóstico no puede llegar a término el embarazo, y por esta razón se le
hace el proceder, que responde al nombre de coartoplastia con colocación de
stent, tercero de su tipo realizado en el país a una mujer con esa patología
durante el embarazo.
El 2
de mayo, con 22 semanas y tres días, el doctor Juan Carlos Ramiro Novoa efectuó
el proceder en el Cardiocentro del Hospital Pediátrico William Soler, donde
también se hicieron los dos anteriores.
“La
coaortoplastia con stent es de extrema complejidad, pues pone en peligro
vital al paciente que es sometido a este, y más aun si se trata de una mujer
embarazada, donde la condición hormonal del embarazo hace a la pared de los
vasos y más a la aorta, muy frágil y vulnerable. En el momento de impactar el
dispositivo se ocluye la aorta y no le llega sangre a la parte inferior del
cuerpo, incluyendo al útero y por tanto al feto, por lo que tiene que ser un
proceder preciso y con muy poco margen de errores”, agrega Ramiro Novoa.
Tras
unos días en casa, Yanet fue acogida en el Hogar Materno de Candelaria, donde
permaneció dos meses y medio. Como vive a
unos cuatro Kilómetros de la cabecera municipal fue preciso
trasladarla hasta allí, a fin de estar cerca de una institución de salud y con
médicos que mantuvieran una vigilancia estricta de sus signos vitales. “También
mi mamá y mi tía velaban por mi estado de salud”, afirmó la jovencita de
22 años, entonces con más de 35 semanas.
“Como
parte del seguimiento médico, cada 15 días me hacían chequeos en el hospital
Ginecobstétrico y podía permanecer ingresada hasta siete.”
En
la semana 37 de gestación, ingresó de forma definitiva en el González Coro, y a
la siguiente, al evolucionar bien el trabajo de parto, no fue necesario
recurrir a una operación de cesárea. De modo, que este 18 de
agosto nació Ailenys sin dificultad alguna.
Del
esfuerzo y dedicación del personal médico que la atendió, -integrado además por
el cardiólogo Jesús Ernesto Pérez, y las obstetras Elena Guerra e Iraimis
García - Yanet está consciente, y también de lo costoso que resulta un proceder
de este tipo, por lo que agradece la oportunidad de ser atendida sin pagar ni
un solo centavo, y a cuantos garantizaron su bienestar y el de la niña durante
el último período.
“Ha
sido una experiencia tremenda. Jamás pensé que me iba a suceder algo así, ni
que fuera a tener un embarazo tan complicado. No obstante lo supe sobrellevar.
Confío en los médicos y tenía la certeza de que todo saldría bien.”