En
una constante búsqueda de la esencia del ser humano, entre matices,
añoranzas, sueños y palabras que anhelan cobrar vida moldeadas de
amor, alegría y tristeza, desanda el mundo de las tablas, el grupo profesional
de teatro Máscaras de Luna, a diez años de su fundación.
“El
teatro para nosotros es la vida. Puede tener luces, escenas, pero si no
vas al ser que va a vivir en ti, no puedes representarlo. Es descarnar lo real
de lo humano, las situaciones límites, desesperos, tragedias, como también la
felicidad, la plenitud y el disfrute”, así definió Clara Teresa
García, directora del grupo, el quehacer que ha cautivado a quienes hacen
realidad este proyecto y continúan dando lo mejor de sí, al proponerse
nuevos retos.
Máscaras
de Luna surge de los bríos derivados de dos proyectos anteriores concebidos por
Clara, “CHYMEL, constituido por un grupo de jóvenes que queríamos
rescatar la vida teatral que tuvo Artemisa con el grupo de teatro Guiñol,
y La Luna, creado con el objetivo de formar la cantera que integraría
más tarde al primero.”
En
el amplio y variado repertorio que han cosechado en la última década sobresalen
Para estar vivos y La Casa, así como Un, dos, tres,
Las mariposas saltan al vacío y Re-sig-na-ción, estas
últimas dedicadas a las personas que viven con VIH/SIDA.
El
grupo de teatro dramático recrea además puestas en escenas para los más
pequeños, pues no consideran dejarlos fuera del público para el cual actúan.
Hasta
centros escolares, círculos infantiles, instituciones de salud, zonas rurales,
entre otros espacios alternativos, han hecho extensivo su arte, y
el amor a lo que hacen les ha permitido sortear las adversidades presentadas en
el camino, a pesar de no contar aún con una sede, por lo que trabajan
actualmente en la concepción de un espacio fijo, valiéndose de sus propios
medios.
Como
parte del cierre del verano presentaron el pasado sábado la obra infantil En
el jardín de la rana Leonor que aborda “de una forma divertida y reflexiva
un tema polémico, como es la aceptación de los nuevos géneros musicales.”
Durante el transcurso del período vacacional han recorrido varios municipios
con esta puesta en escena.
Próximamente
los pequeños disfrutarán de la obra Cucusita busca pretendiente, en
el Bertolt Brecht, y en diciembre estrenarán la pieza En el convento,
las hijas de Caridad. Propuestas al intercambio desde el teatro que,
según sus protagonistas, “hacen de cada presentación, un momento mágico.”
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